Uno de los primeros, por no decir el
primer, problema con que nos encontramos es el de considerar que los abuelos
son “tercera edad”, “ancianos”, “mayores”, etc.
Esta es una consideración que está fuera de
lugar, a pesar de que indudablemente hay abuelos que son mayores. En la
Asociación tenemos abuelos que apenas han pasado los 42 años. También tenemos
una bisabuela de 63 años que tiene tres biznietas.
El hecho de ser abuela o abuelo no viene
dado por los años sino porque una persona ha tenido un hijo o una hija que a su
vez ha sido padre o madre…sea cual sea su edad.
Esta identificación de los abuelos con la
edad es la que hace que haya abuelas que no permitan que sus nietas les llamen
abuelas porque eso las hace “parecer mayores”.
Los abuelos no somos viejos. Los viejos son
los que, sea cual sea su edad, no tienen proyectos y los abuelos siempre
tenemos proyectos.
Otro de los errores respecto a los abuelos
es considerar que no tenemos nada que hacer y que “hay que entretenerlos”. No
es cierto tenemos nuestra vida familiar, nuestra vida, profesional, nuestra
vida social como cualquier otro miembro de la familia y, además, tenemos
derecho a disfrutarlas.
Es por ello por lo que los hijos deben
tener muy en cuenta que los abuelos
estamos para las necesidades y no para los caprichos. Cuando hace falta
siempre está dispuesto el abuelo porque “el contrato” que tiene con su nieto
está basado en el cariño pero precisamente para evitar lo que se ha dado en
llamar “el síndrome del abuelo esclavo” es por lo que los hijos deben tratar de
resolver todos sus problemas por medios propios y tener a los abuelos como
solución a las necesidades más acuciantes. No es bueno ni para el nieto, ni
para el abuelo, ni siquiera para el propio hijo, o hija, que se aprovechen de
los abuelos.
También hemos de tener muy claro que la
responsabilidad de la educación de los nietos es de sus padres y nunca de los
abuelos. Si los abuelos no estamos de acuerdo con el tipo de educación que
quieren sus padres para el niño hemos de hablar con ellos, con los padres, y
llegar a un acuerdo pero sabiendo siempre que los responsables, y en
consecuencia los que deben decidir todo respecto a su educación, son los
padres.
Los niños reciben una educación en el
colegio, otra de los amigos, otra a través de los medios de comunicación, otra
de los padres y no debemos, ni podemos, añadir otra diferente de los abuelos.
Esto no quiere decir que los abuelos
debamos cambiar nuestras costumbres porque nuestros hijos quieran educación
diferente para sus hijos. Nosotros tenemos nuestra vida y costumbres y ellos
deben, y tienen, que aceptarlas. Es decir que aunque un hijo quiera que los
nietos se eduquen en el budismo si esos abuelos tradicionalmente rezan el
rosario en familia y bendicen la mesa antes de comer deben seguir haciéndolo
sea cual sea la intención del padre o la madre de sus nietos.
Está claro también que aunque los abuelos
tengamos más experiencia que ningún otro miembro de la familia debemos
modernizar esas experiencias puesto que en caso contrario podemos encontrarnos
con que nuestra utilidad es cero.
Los tiempos han variado y varían
continuamente y los abuelos hemos de ir también a ese ritmo si queremos estar
al día. Un abuelo no puede esperar que su nieto le envíe una postal porque eso
no hay muchacho que, probablemente, ni sepa lo que es. El abuelo debe saber
recibir y enviar SMS y entender que cuando
un nieto le envía TQ significa te quiero. Es decir si quiere tener
interrelación con el nieto tiene que modernizarse puesto que de otra forma
quedará obsoleto y arrumbado en un rincón de la casa o de la familia.
Vivimos una época en la que nuestros nietos
están acostumbrados a tirar lo que no sirve. Hoy no se arregla una plancha, o
una batidora o una radio….se tira y se compra otra. Los abuelos hemos de ser
útiles y que la familia lo perciba para evitar problemas.
Es posible que no sepamos en donde hemos de
aprender a manejar un ordenador, o un teléfono móvil la solución más adecuada
la tenemos muy cerca: son nuestros propios nietos los que mejor pueden enseñarnos
todas estas cosas. En contraposición cuando nosotros queramos enseñarles algo
lo van a aceptar porque nosotros hemos aceptado que ellos nos enseñen.
¿Y qué les vamos a enseñar? Pues mi
sugerencia es enseñarles algo que hoy en día nadie enseña: los valores de
siempre, la amistad, la generosidad, la honradez, el trabajo, la entrega, la
modestia, etc. etc. etc. Los colegios no los enseñan generalmente, los padres
no tienen tiempo, los amigos ni los saben, los medios de comunicación menos
todavía…solamente quedamos los abuelos para hacerlos y si nos hemos ganado la
confianza de nuestros nietos seremos capaces de trasmitírselos y ellos de
aceptarlos.
Los abuelos hemos de recorrer esa distancia
que nos separa de los nietos en razón a muchas cosas. Si bien tampoco es bueno
recorrerla por completo nosotros y es mejor recorrer una parte y que los nietos
recorran otra parte para encontrarnos a medio camino.
Algunos de nuestros asociados, a veces, nos
dicen que resulta muy difícil ser abuelo y nosotros les indicamos que no es
difícil. ¿Hay que tener cuidado? Pues
claro que sí. Pero como ya hemos mencionado, y volvemos a hacerlo, la relación
en la que se basan esas relaciones abuelos/nietos es el cariño y no hay obstáculo que no pueda superarse para
buscar lo mejor para nuestros nietos.
Francisco
Muñoz
Presidente
Asociación
de Abuelas y Abuelos de España
www.asociacionabuelos.es
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