martes, 28 de abril de 2015

Educar con los 7 sentidos

Todos los padres conocemos la importancia que tiene para los niños jugar, reír, moverse, experimentar…Es parte de su actividad natural y va evolucionando según se desarrollan sus sistemas sensoriales. Los sentidos o sistemas sensoriales más conocidos son los que aprendimos desde el colegio, los cinco sentidos cuyos receptores son más evidentes. Pero no son los únicos receptores, hay otros más ocultos que pertenecen a sistemas sensoriales más complejos que aportan información vital para un desarrollo integral del niño. Son los sistemas propioceptivo y vestibular.

El sistema propioceptivo recibe la información sensorial que aportan los músculos, ligamentos, tendones y articulaciones del cuerpo, que nos permite conocer la posición y el movimiento de nuestro cuerpo, de cada una de sus partes. Si la información llega correctamente será más fácil cualquier conquista motórica, el niño sabrá si tiene una rodilla flexionada, un brazo estirado, o cuánta presión está haciendo al pintar, lanzar un objeto o morder… Y cuando conoce su cuerpo y aprende a manejarlo, se siente más seguro, más equilibrado emocionalmente y es más capaz de controlar sus conductas.

El sistema vestibular, que se desarrolla pocas semanas después de la concepción, es probablemente uno de los más importantes sistemas sensoriales ya que regula el movimiento y el equilibrio, nos permite situar nuestro cuerpo en el espacio, actuar coordinadamente y sobre todo unificar la información recibida por el resto de los sentidos. Sus receptores se encuentran en el oído interno, y se estimulan especialmente con todos los juegos y actividades que conllevan desequilibrios, balanceos, giros…

Si observamos el juego de los niños observaremos su gusto por los juegos de balanceos, de empujar, arrastrar, golpear, lanzar, deslizarse, girar… son juegos sensoriales que afectan a estos sentidos más ocultos, pero cuya estimulación es necesaria,  incluso imprescindible para un buen desarrollo integral del niño, lo que facilitará sus aprendizajes posteriores, una buena capacidad lectoescritura, una adecuada lateralización y unas conductas más seguras y equilibradas.

Para activar estos sistemas sensoriales son importantes todos los juegos de:
- suelo: tumbarse, girar y cambiar de posiciones
- envoltura, como los abrazos, los mimos, los masajes
- arrastre y empuje: de juguetes, cajas y cualquier objeto con distintos pesos
- deslizarse: bajar por un tobogán, subir y bajar estructuras con distintas alturas…
- giros: solos o en brazos de los papás, juegos de corro (con giros en ambas direcciones, derecha e izquierda)
- de caída: cuando jugamos a caernos, tirarnos al suelo
-  y todos los juegos de equilibrio, en los que el niño siente como si fuera a caerse y luego recupera el equilibrio…



Melania Ballesteros Ibarra

Dpto. Pedagógico ChiquiTin 

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