Son
muchas las madres y padres que desearían tener más tiempo para dedicar
diariamente a sus hijos y que se preocupan o se sienten culpables por no
disponer de él, pero aunque la cantidad de tiempo que pasamos con ellos es
importante también lo es la llamada “calidad” de ese tiempo.
Muchas veces nos
sucede que, aún teniendo tiempo y estando físicamente con ellos, no les
dedicamos una atención exclusiva porque son muchas las labores cotidianas que
realizamos: preparar la cena, poner la lavadora, ir a la compra, hablar por
teléfono…
El
papel de los padres en los primeros años de vida de los niños es fundamental,
ya que el tiempo “de calidad” que pasamos con ellos hace que aumente entre
nosotros el vínculo afectivo, favorece su autoestima, afianza sus capacidades y
nos hace disfrutar mucho de cada uno de esos momentos únicos que acompañan su
desarrollo.
Os invitamos a que valores positivamente esas horas de las que dispones
y en las que realizas actividades con vuestros pequeños que tienen un valor afectivo y
pedagógico importantísimo ya que, al repetirse diariamente, le dan seguridad y
sirven como escenario de un montón de actividades divertidas que realizar
juntos: en el baño podemos “leer” juntos el cuento del baño (un cuento
plastificado y especial, porque solo vemos en ese momento), hacer pompas de
jabón y soplarlas juntos, hacernos cosquillas, darnos besos, aprovechar la
proximidad de piel con piel para darle un pequeño masaje antes de vestirnos,
desarrollar conceptos llenando y vaciando recipientes… tardaremos un poquito
más pero seguro que se convierte en un momento muy especial para los dos.
Igualmente en la cena, si le acompañamos, se convierte en un tiempo social
importantísimo. El mensaje que les transmitimos cuando compartimos alguna
actividad con ellos es que son importantes para nosotros.
En
definitiva, aprovechemos y disfrutemos del tiempo del que disponemos para
pasarlo juntos “de verdad”, con la tranquilidad
de que, nuestro interés, el afecto y el juego compartido, nos ayudará a que los
pequeños crezcan felices y se desarrollen adecuadamente.
Y ADEMÁS PODEMOS…
· Aprovechar las oportunidades espontáneas que surgen diariamente: acompañarles cuando están jugando solos, ver sus dibujos favoritos y preguntarles por ellos, recoger juntos los juguetes,…
· Transformar actividades cotidianas en momentos compartidos: Involucrarles en nuestras tareas domésticas en función de sus capacidades, que nos “ayuden” a poner la mesa, que nos den las pinzas para tender la ropa, que nos acompañen a la compra y nos ayuden a buscar productos, que nos cuenten antes de dormir que ha sido lo mejor y lo peor del día, etc.
· Acordar y establecer tiempos de convivencia familiar: cenar siempre juntos, realizar toda la familia una actividad que nos guste el fin de semana, etc.
· Demostrar interés por lo que nos dicen, por sus actuaciones, realizando comentarios positivos, manteniendo contacto visual y dándoles siempre respuesta.
· Priorizar y planificar las tareas que tenemos que hacer para “ganar” tiempo para los niños: posponer las que podemos realizar cuando estén durmiendo, delegar las que podamos, identificar el tiempo que nos llevan cada una de ella y su importancia…
· Y sobre todo, para que disfrutemos del tiempo juntos… manifestar alegría y sentido del humor
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