miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿NOS REÍMOS UN RATO?

Nos reímos en la Escuela
Trabajando en la Escuela son muchas las ocasiones en las que podemos disfrutar de momentos inolvidables y tremendamente divertidos con nuestros niños. Algunos os los contamos, otros desgraciadamente se nos olvidan antes de tener la oportunidad de hacerlo y… hasta alguna de nosotras hasta lleva a cabo un anecdotario de las cosas divertidas que se les ocurren a nuestros pequeños.
Vivimos y disfrutamos una etapa mágica en la que las miles (y millones) de conexiones neuronales de los niños hacen que enlacen conocimientos y experiencias que implican una lógica impecable… ¡para un niño! pero que sorprenden y nos hacen reír a los adultos.

Qué es la risa
La risa es un síntoma de salud física y psíquica, y está presente en nosotros desde el nacimiento. En los bebés más pequeños se produce como un reflejo pero la respuesta que produce en nosotros, los adultos, hace que pronto se convierta en una conducta aprendida y en un instrumento valioso del que disfrutar juntos. Nos permite expresar emociones, fomenta las relaciones entre las personas y disminuye las tensiones.

Aprendiendo a reírnos
El “aprendizaje de la risa”, como casi todos, comienza en familia. Ver reírse con frecuencia a los padres hace que los niños se hagan más susceptibles al humor y aprendan a reírse. Cuando los pequeños son aún bebés es sencillo provocarles una sonrisa y lo hacemos de forma espontánea pero a medida que se hacen mayores, es frecuente que nos centremos en “educarles” y en corregir comportamientos, pasando a un segundo plano ese buen humor que es igual de importante en la educación de los pequeños.

Hacer reír a un bebé
La risa también sigue un patrón evolutivo. Los más pequeños encuentran divertidos:
- los juegos de cosquillas
- las muecas
- las repeticiones
- juegos de escondite
- juegos de lenguaje

Nos reímos con los niños de 1 a 2 años: en esta edad aún no tienen un gran dominio del lenguaje pero les gustan las palabras que se repiten y que tienen un ritmo y una cadencia. También, gracias a su interés psicomotor (por el movimiento) disfrutan enormemente con los movimientos exagerados del cuerpo: fingir caídas, exagerar muecas, hacer movimientos rítmicos y sorprendentes…

Y con los “mayores”…: a nuestros pequeños de dos a tres años le siguen divirtiendo las escenas visuales y motóricas de la edad anterior, y también a medida que aumenta su dominio del lenguaje les divierten algunas palabras “mal sonantes” como “caca”, “pis”…
Los niños disfrutan con bromas sencillas que causen risa en el adulto, tendiendo a repetir las actuaciones que las han causado, ¡es tan frecuente que tengamos que hacer como que no nos ha hecho gracia!…  No hay nada mejor que ver a nuestros peques compartiendo esos momentos únicos juntos, riendo espontánea y libremente. ¡No os olvidéis de seguir haciéndolo!

Y para terminar…

¿Qué le dice un gusano a otro gusano? Me voy a dar una vuelta a la manzana.

Un gato caminaba por un tejado maullando:¡Miau, miau!

En eso se le acerca otro gato repitiendo:¡Guau, guau!
Entonces el primer gato le dice:
- Oye, ¿por qué ladras si tú eres gato?
Y el otro le contesta:
- ¿Es que uno no puede aprender idiomas?


Un pez le dice al otro: ¿Qué hace tu papá?
Y el otro le contesta: NADA. ¿Y el tuyo?
- NADA también

Eso son dos ovejas jugando al fútbol. Una de ellas lanza el balón muy lejos y dice a una compañera: "Veeeeeeee!!!" . 

Y la otra le contesta: "Veeeeeeee tuuuu!!!!".

¿Qué le dijo una pulga a otra pulga? ¿Vamos a pie o esperamos al perro?

Le dice un niño a su madre: - Mamá, mamá, qué rica está la paella.

Y su madre le contesta:- Pues repite, hijo.
Y dice el hijo: - Mamá, mamá, qué rica está la paella.


Una niña está haciendo sus deberes y pregunta a su padre:
- papá, ¿Cómo se escribe campana?
- Campana se escribe “cómo suena”
- Entonces ¿Escribo “talán-talán”?

Caperucita Roja se casó con el príncipe azul, y tuvieron un hijo violeta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario