Todos los padres conocemos la importancia que tiene para los
niños jugar, reír, moverse, experimentar…Es parte de su actividad natural y va
evolucionando según se desarrollan sus sistemas sensoriales. Los sentidos o
sistemas sensoriales más conocidos son los que aprendimos desde el colegio, los
cinco sentidos cuyos receptores son más evidentes. Pero no son los únicos
receptores, hay otros más ocultos que pertenecen a sistemas sensoriales más
complejos que aportan información vital para un desarrollo integral del niño.
Son los sistemas propioceptivo y vestibular.
El sistema propioceptivo recibe la información sensorial que
aportan los músculos, ligamentos, tendones y articulaciones del cuerpo, que nos
permite conocer la posición y el movimiento de nuestro cuerpo, de cada una de
sus partes. Si la información llega correctamente será más fácil cualquier
conquista motórica, el niño sabrá si tiene una rodilla flexionada, un brazo
estirado, o cuánta presión está haciendo al pintar, lanzar un objeto o morder…
Y cuando conoce su cuerpo y aprende a manejarlo, se siente más seguro, más
equilibrado emocionalmente y es más capaz de controlar sus conductas.
El sistema vestibular, que se desarrolla pocas semanas
después de la concepción, es probablemente uno de los más importantes sistemas
sensoriales ya que regula el movimiento y el equilibrio, nos permite situar
nuestro cuerpo en el espacio, actuar coordinadamente y sobre todo unificar la
información recibida por el resto de los sentidos. Sus receptores se encuentran
en el oído interno, y se estimulan especialmente con todos los juegos y
actividades que conllevan desequilibrios, balanceos, giros…
Si observamos el juego de los niños observaremos su gusto
por los juegos de balanceos, de empujar, arrastrar, golpear, lanzar,
deslizarse, girar… son juegos sensoriales que afectan a estos sentidos más
ocultos, pero cuya estimulación es necesaria,
incluso imprescindible para un buen desarrollo integral del niño, lo que
facilitará sus aprendizajes posteriores, una buena capacidad lectoescritura,
una adecuada lateralización y unas conductas más seguras y equilibradas.
Para activar estos sistemas sensoriales son importantes
todos los juegos de:
- suelo: tumbarse, girar y cambiar de posiciones
- envoltura, como los abrazos, los mimos, los masajes
- arrastre y empuje: de juguetes, cajas y cualquier objeto
con distintos pesos
- deslizarse: bajar por un tobogán, subir y bajar
estructuras con distintas alturas…
- giros: solos o en brazos de los papás, juegos de corro
(con giros en ambas direcciones, derecha e izquierda)
- de caída: cuando jugamos a caernos, tirarnos al suelo
- y todos los juegos
de equilibrio, en los que el niño siente como si fuera a caerse y luego
recupera el equilibrio…
Melania Ballesteros Ibarra
Dpto. Pedagógico ChiquiTin